Denuncia Pública contra Armando Russi por violencia de género. Actual Representante Artístico/Creativo de la CNACC (Consejo Nacional de las Artes y la Cultura en Cinematografía)

Somos un medio de comunicación alternativo, integrado por personas críticas y comprometidas con los urgentes cambios sociales que nos plantea este momento histórico y este país. Es por esto, que hoy exponemos nuestras individualidades pues “lo personal también es político”. 

Tenemos la firme convicción de forjarnos día a día  en el largo camino de la lucha contra los modelos patriarcales, capitalistas,  colonizadores, especistas y extractivistas. Así, sentimos la imperiosa responsabilidad de denunciar todo tipo de violencia, discriminación o señalamiento por identidad de género, y así mismo con cualquier otra acción que vulnere o denigre a toda persona habitante de este planeta tierra. Por ello, hoy desde La Fémina Direkta y La Direkta, hacemos esta denuncia pública contra Armando Russi.   

Como creadorxs de imágenes, cuestionamos, problematizamos y reflexionamos sobre las formas históricas en las que el cine hegemónico y los medios de comunicación masivos han creado y perpetuado las imágenes del espectáculo capitalista. Estas, apoyadas en la pintura, la fotografía, entre otras formas narrativas, se han configurado como dispositivos normalizadores y disciplinadores de la mirada, pues forman las representaciones “válidas” de lo femenino, lo masculino y lo no binario. Estos discursos y prácticas que reproducen sus lógicas al instalarse sobre nuestras corporalidades.

Las creadoras de imágenes, no somos un pedazo de carne que necesita ser salvado, sexualizado o expuesto. No estamos locas y no somos un espécimen extraño por el hecho de ser auténticas o tener ideas y estéticas fuera del establecimiento. No aceptamos que se nos denigre ni que se refieran a nosotras desde imaginarios racistas, clasistas, misóginos, machistas, sexistas o transfobos. No estamos dispuestas a seguir en silencio frente a las acciones violentas y machistas de personajes que, en el sector, han construido pedestales intocables. Históricamente, quienes han estado detrás de la construcción de estas imágenes hegemónicas han sido  los hombres blancos, cisgénero y heterosexuales; así han detentado el poder intelectual pues han sido los principales creadores y divulgadores de las teorías, prácticas y discursos dentro de la academia. 

Esta fórmula, inscrita en lógicas colonialistas y mercantiles, ha permitido narrar al hombre blanco, cisgénero y heterosexual como principal sujeto de conocimiento. Y por consiguiente, quienes no encarnamos estas categorías hemos sido las mujeres el objeto de su mirada, de sus prácticas y teorías sobre la imagen aunque muchas de estas nos han violentado y objetivado, al validar y reproducir roles de subordinación, disciplinando nuestros cuerpos para sostener una jerarquía binaria de género, base del patriarcado y del capitalismo. Esto ha posibilitado que el rol de educador, de profesor, se utilice como plataforma jerárquica para la construcción de una especie de ritual de dominio.

Parece extraño toparse con este tipo de personas en estos supuestos tiempos de progresismo y aún más en el entorno artístico. Pero sabemos que la institución de disciplinamiento por excelencia ha sido la escuela, sea pública o privada, y en cualquiera de sus niveles.

En sintonía con lo anterior, hoy repudiamos las actitudes machistas, violentas y fuera de tono en las que ha incurrido Armando Russi durante casi una década de ejercicio profesional y docente. Tenemos registro de este tiempo dado que la primera denunciante se atrevió a hablar después de 9 años, cuando por fin se sintió empoderada y acompañada para hacerlo, motivada por la necesidad de romper las ciclos de la violencia y para que ninguna otra mujer vuelva a caer en sus tácticas de poder. 

En esta denuncia narramos los casos de cuatro mujeres víctimas de las conductas machistas perpetradas por Armando Russi.

Caso compañera de la página de Facebook A MI ME CUIDAN MIS AMIGXS:

El grupo “Mujer y Trabajo Audiovisual” de Colombia, es un espacio de intercambio y apoyo en telegram que viene construyéndose con el fin de reflexionar y fortalecer el papel de las mujeres en el sector, y como sucede en todo espacio de mujeres en el cual nos sentimos cuidadas, emergen catarsis alrededor de situaciones de violencia que hemos experimentado. Así fue el caso y una compañera al sentirse en un espacio de confianza, compartió una situación de acoso perpetrado por Armando Russi sobre ella. Esta información se filtró y terminó siendo usada por el agresor, quien de forma descarada e imprudente, revictimizó a la compañera al exponerla y denunciarla en redes sociales. 

Después de que también se hiciera pública la denuncia en la página de Facebook A MI ME CUIDAN MIS AMIGXS  y el avance de  una denuncia penal hacia ella, que fue su herramienta para revictimizar a la compañera ante las redes sociales supuestamente “en defensa de su buen nombre”.

Esta revictimización virtual atentó contra la dignidad y buen nombre de la compañera quien aún hoy siente miedo de las consecuencias personales y profesionales. Tal fue la violencia y el escarnio público en este caso, que ha desalentado la denuncia de otras personas que también han sido agredidas por él. Cabe resaltar el gran apoyo que tuvo Russi en redes sociales dejando en evidencia a gran parte del sector cinematográfico, de las artes, la educación y la gestión cultural de la ciudad, entre ellos grandes personajes que aplaudieron y apoyaron su versión ciegamente.

La víctima, quien fue expuesta y repudiada en redes, también cuenta con un gran recorrido educativo, intelectual y cinematográfico, el cual nuevamente queda disminuido y en entredicho por tener el valor de contar su experiencia y decir claramente que no, que no son normales ni naturales los abusos, los asedios, el acoso y las desigualdades.  Y es que estamos en un país donde diariamente se asesinan impunemente lideresas sociales por tener el valor de decir la verdad. Entonces nos preguntamos ¿cuál es la integridad de un “profesor” “artista” o “crítico” que niega la posibilidad de la verdad a la víctima y  que además la injuria y la calumnia? 

La injusta exposición del nombre de la compañera en redes sociales se ha valido de los juicios patriarcales típicos hacia las mujeres que no guardan silencio, fue llamada “loca”, “nociva y “peligrosa”, y así como en una cacería de brujas, se ha desencadenado una avalancha de burlas, acusaciones y calumnias por parte de muchas personas del sector. La calumnia ha sido tan grave que incluso ha utilizado información personal de la víctima, afirmando que fue acusada de haber sido “expulsada de un país”, lo cual es absolutamente falso. A tal punto ha llegado el cyberbullying y la revictimización, que ha comprometido la salud mental y emocional de la compañera, sin hablar de las dificultades actuales para continuar con sus actividades laborales.

Por si fuera poco lo anteriormente mencionado en este caso, el personaje insta públicamente y de manera desafiante a sus estudiantes, cuando les invita en su numeral 12 de su comunicado público, a que lo denuncien y censuren si ha cometido algún acto de machismo, violencia y/o acoso contra alguno/alguna de ellxs y se le someta a sanción moral y legal. Consideramos que este hecho además de ser cínico es violento contra los y las estudiantes, pues los ubica en condición de sumisión, donde no pueden o no se sienten capaces de hacer una denuncia en su contra, teniendo en cuenta la posición de poder legítimo y de influencia que detenta, donde una nota o carrera dependen de su valoración como docente.   

Russi manifiesta en el numeral 11 de su comunicado, , que: “No es cierto que “…tenga varios casos donde estudiantes denuncian su comportamiento machista y desubicado. Donde además de estudiantes y cineastas han denunciado su comportamiento de agresión y acoso a mujeres dentro de festivales” como lo afirma la publicación realizada el día 28 de marzo en el perfil A MI ME CUIDAN MIS AMIGXS. Si es así, en dónde están esas denuncias? Ante quién han sido realizadas? Dónde han sido realizadas? Cuándo han sido realizadas?”

Desde Fémina Direkta y La Direkta respondemos a sus preguntas y le notificamos que las denuncias formales fueron realizadas recientemente ante la Fiscalía General de la Nación.

Tomando las palabras de propio Armando Russi, hoy le decimos a todo el sector audiovisual del país que ¡Habrá justicia!, para nosotras las personas víctimas, pues nos encargaremos de denunciar hasta las últimas consecuencias, teniendo la verdad de nuestro lado y la convicción de que rompiendo el silencio  nadie volverá a caer en sus manipulaciones, abusos y juegos de poder.

Este comunicado también es un invitación pública a que todas las personas que alguna vez fueron agredidas por este hombre sientan la confianza y el respaldo para denunciar. Lo pueden hacer escribiendo a nuestro correo electrónico lafeminadirekta@gmail.com

Porque si somos cuatro, somos más y no queremos que haya más víctimas. Si habla unx, hablamos todxs, sanamos todxs y protegemos a muchxs.

Exigimos una disculpa pública y que se retracte, en sus propias redes sociales, de las calumnias realizadas recientemente a la compañera.También exigimos que reparen los daños y perjuicios a cada una de las víctimas. 

Invitamos a las instituciones educativas donde se desempeña Russi, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Escuela Nacional de Cine, Universidad Nacional de Colombia, Universitaria Agustiniana, a que establezcan investigaciones internas sobre su comportamiento y a que esta sea una oportunidad para establecer protocolos y campañas de educación no sexista y con tolerancia cero al machismo y la violencia basada en género.

Este hombre ha tenido un gran recorrido académico e intelectual, con el cual se cobija para ubicarse en el papel de víctima y no responsabilizarse de sus actos violentos. Actualmente detenta el cargo de Representante Artístico/Creativo de la CNACC (Consejo Nacional de las Artes y la Cultura en Cinematografía) y por ende concentra mucho poder entorno a las decisiones sobre los fondos del desarrollo cinematográfico de Colombia. Repudiamos categóricamente que una persona con este historial de violencia contra las mujeres tenga un cargo de decisión tan importante para el sector, por lo cual instamos al CNACC a  manifestarse públicamente sobre este caso, a que revise sus políticas y tenga en cuenta las denuncias de varias mujeres del gremio contra Armando Russi.  Seguramente existen otras mujeres que aún no han dicho nada por temor a ser señaladas y sepultadas laboral y socialmente. Así que no se conviertan en cómplices y atiendan el llamado que hacemos, garantizando que no tendremos retaliaciones profesionales pues todas las denunciantes hacemos parte del medio audiovisual del país.  

Testimonio de las 4 denunciantes:

Bogotá – Colombia

Testimonio 1:

Era inicio de 2011 cuando empecé a estudiar portugués en IBRACO (instituto Brasil en Colombia) porque tenía pensado irme a vivir allá un tiempo y estudiar dirección de cine. En medio de este proceso académico vi que se dictaba un seminario de cine brasilero en la cinemateca distrital. Eran 11 sesiones, 16 películas (sábados y domingos) del 15 de mayo al 19 de junio del 2011 en horario de 9:00 a.m a 12:00 m. El docente curador era Armando Russi, quien para ese momento ya contaba con reconocimiento intelectual y académico. Asistí varias veces al seminario, pero por razones personales no pude cumplir con todas las fechas propuestas. 

Recibí varios correos de información sobre el seminario donde daban la bibliografía e información académica sobre cada sesión, respondí esos correos a Armando Russi con un mensaje por Facebook comentándole mi inasistencia y haciéndole la devolución que él pedía. Después de un mes, empezamos a chatear por cuestiones de admiración hacia Armando Russi como profesor. Así pues, pasaron un par de meses conversando hasta el mes de octubre cuando finalmente acordamos citarnos para tomar un café. Ese día quedamos en comunicarnos vía celular para rectificar el sitio y la hora. Salí a compartir con él, hablamos por largo tiempo mientras compartimos y bebimos unas cervezas. Luego decidimos movernos hacia donde estaba una gran amiga, quien estaba acompañada de su novio y amigo mío, quien resulta que Russi ya conocía por haber compartido situaciones académicas en la Universidad Nacional de Colombia años atrás en la carrera de cine. 

En la casa del amigo en común seguimos tomando unos tragos hasta que me sentí cansada y pedí que nos prestara a Armando Russi y a mí una habitación exclusivamente para dormir y descansar.

Me fui a acostar y quedé profunda, posteriormente a las horas de la madrugada me desperté y me di cuenta de que me encontraba en cuatro sobre los pies de la cama con el pantalón y los calzones abajo y atrás mío estaba Armando Russi intentando penetrar mi ano con su pene.

Enojada, exaltada, inconsciente, con los ojos medios abiertos y aún en la ebriedad le dije: “¿qué putas está haciendo? ¡Pare!”, me subí los calzones, seguido los pantalones, quedé angustiada, con rabia, pero sumisa, así que lo único que hice fue acostarme a dormir, más allá de estar en la casa de un amigo, tuve que dormir con él, estaba muy borracha, era todo muy confuso, en la misma cama donde intentó abusar de mí.

Al día siguiente a la primera que le conté lo sucedido fue a mi gran amiga, quien se puso enojada tanto como yo, acto seguido, salimos de la casa en la mañana, tuve que salir con él, caminamos bastante hasta la parada del colectivo, en se momento sólo pensaba en que nunca más quería volver a verlo.

No tuve más contacto con él, solamente una vez entre los meses de enero y marzo del año 2017, cuando nos encontramos de frente dentro de la tienda La Sultana ubicada en la esquina de la carrera 5 con calle 27, al lado de las Torres del Parque, en el barrio La Macarena, lo vi, me puse muy nerviosa y pensé en gritarle que era un abusador pero me quedé callada, en esas Armando Russi me mira y me dice: “se me hace conocida su cara” mi reacción fue darme la vuelta e irme. No tuve el valor de decirle nada. Y eso que soy una vieja frentera y que no me puedo callar, pero no pude.

Hago la denuncia en este momento después de casi 9 años porque tuve miedo de expresarlo a más personas que mi gran amiga como una confidente de mi vida y de ese momento tan puntual, porque no tenía valor para salir a denunciarlo, porque históricamente a las mujeres nos han hecho normalizar la violencias hacia nuestros cuerpos y callarlo, y porque justamente en ese instante estaba preparando todo para irme fuera del país y vivir otra vida, ocultando o cerrando momentos de vida que habían ocurrido en Colombia. Pero al pasar de los años, me empoderé de mi cuerpo, de mi palabra, empecé a tener red de apoyo entre mujeres, colectivos artísticos, políticos y humanos y empecé a caer en cuenta de cuantas violencias hemos tenido que soportar y silenciar las mujeres en el mundo. Pero ahora no callamos más, ahora no estamos solas, ahora estamos todas juntas para denunciar. Ahora no me siento sola.

Y tomé el valor de hacer esta denuncia, porque en el mes de diciembre del 2019, pasó un hecho cercano donde un ex amigo fue denunciado públicamente por tres de sus exparejas sentimentales, por ejercer violencia física, sexual y psicológica. Esta situación me abrió los ojos de nuevo y me puso en alerta sobre las violencias hacia nosotras. Y claramente recordé la situación que viví con Armando Russi y otras más que no comentaré porque no sé ni los nombres de esos otros dos hombres que abusaron de mi cuerpo, uno hizo lo mismo que Armando Russi y el otro me metió las manos dentro de mi vagina, me tocó con sus dedos, en un colectivo mientras viajaba de Cali hacia Bogotá cuando tenía 14 años de edad.

Testimonio 2:

Primero.Para contextualizar los hechos que pongo a continuación en su conocimiento, me permito informar que aproximadamente para el año 2013-2014, me sentía asediada por Armando Russi Espitia ya que me hacía bullying en Facebook o en los lugares donde coincidíamos por aspectos laborales o cinematográficos. Recuerdo que una vez que me invitó a almorzar hizo comentarios misóginos o pasados de tono sobre mi persona que me llevaron a pensar que era un hombre machista con el cual no me sentía segura. Una de sus acciones principales que desconoció mi voluntad, fue el hecho ocurrido en el Bar Asilo  Av. Caracas #  40-66 de Bogotá, en una de las fiestas del Festival de Cine El Espejo de Bogotá, lugar en el que jamás acordé un encuentro con él. Y aclaro que yo no tenía ningún tipo de relación, vinculo o cercanía con Armando Russi Espitia precisamente porque su comportamiento hacia a mí y otras mujeres no me pareció adecuado y mucho menos seguro.

Ese día del hecho en el bar yo me encontraba bailando sola en la pista cuando de repente sentí que alguien se puso frente a mí mientras yo bailaba con los ojos cerrados, cuando miré me sorprendió ver que se trataba de Armando Russi Espita, él se me fue acercando y me tomó de mis brazos con fuerza y me sujetó a su cuerpo, yo continué bailando con temor e intentando llevar la situación, pero esta persona me besó a la fuerza, luego intentó meter su lengua en mi boca y yo me opuse, su aliento alcohol y en sí su persona me causa repugnancia, pasó su lengua por mi rostro y dejó su saliva alrededor de mi boca. Nuevamente intentó meter su lengua en mi boca pero yo me moví, apreté mis labios e intenté zafarme, dejándome asqueada con su aliento y su saliva. Con mi rostro y los movimientos de mis brazos para zafarme le expresé mi fastidio y desagrado por lo que estaba haciendo. Para cuando logré zafarme este señor me insultó, me dijo “perra” y me lanzó a mi cara la bebida alcohólica (estaba contenida en un vaso de vidrio) que tenía en una de sus manos, la cual siempre tuvo cuando agarró mi cuerpo y lo acercó al suyo. Esta situación me generó susto y angustia, yo me alejé inmediatamente de este hombre, bajé las escaleras del bar y me puse a llorar, allí me encontré con un amigo, le conté lo sucedido y mi estado de ofuscamiento al tiempo de pánico, sin embargo, su actitud fue la de calificar el hecho como algo “normal”. Yo me quedé un momento fuera del establecimiento, posteriormente Russi salió del bar y yo le dije “¡A mí nunca me vuelves a hacer daño!”, le quité sus gafas y se las lancé al asfalto, y él se fue de dicho lugar. 

Segundo.Aclaro que esta situación traumática y violenta para mí, se dio sin que yo tuviera algún tipo de relación amorosa y por su puesto sin que fuera mi deseo querer besarlo o querer sostener algún acto afectivo. Por lo que es un acto que transgredió mi voluntad y desconoció mi consentimiento. 

Tercero.Previo a la ocurrencia de estos hechos, había sostenido algunas conversaciones en Facebook con Russi, ya que ambos nos desenvolvemos en el ámbito cinematográfico. Para ese momento yo aún era estudiante de cine y además me desempeñaba como directora de arte, y Russi se desempeñaba como profesor de Cine en una universidad distinta a la que yo frecuentaba. Las conversaciones se caracterizaron por el machismo de su parte y desvalor hacia mis proyectos artísticos, a tal punto que llegó a utilizar palabras como que yo era una “ilusa”. Además, recuerdo que alguna vez me invitó a almorzar a un Crepes y como soy vegana su actitud fue la de burlarse de mi decisión de no consumir animales y oponerme a su maltrato. Dicha actitud de desvalor también la viví en otro evento desarrollado por esa época en la Universidad Jorge Tadeo Lozano en un encuentro cinematográfico. 

Sus actitudes y comentarios se dirigieron a disminuirme como mujer, a menospreciar mi género y mi trabajo. 

Cuarto.Debo informar a su despacho que dicho acercamiento previo a los hechos que se denuncian fue en términos de colegas, por estar tanto él como yo incursos en el medio artístico, sin que se confundiera o se prestara para un acercamiento amoroso. Además, después de dichas burlas hacia mi estilo de vida consideré que eran inexistentes las razones para establecer una amistad. Por eso, cuando ocurre lo del bar, nosotros ya no hablábamos y mi percepción sobre él no era de agrado. 

Quinto.Actualmente Russi ha empezado a publicar mi nombre y mi fotografía en redes sociales en distintos grupos de cinematografía, educación y cultura, como la Asociación Colombiana de Cinematografía y Artes Audiovisuales, cineastas colombianos hagamos cine, etc., en donde yo también me desempeño laboralmente. En estos espacios ha desprestigiando mi nombre y mi reputación, me revictimiza al llamarme irresponsable, inescrupulosa, nociva, peligrosa y que  lo estoy calumniando. Descalifica mi situación y mi dolor por el hecho de haber expresado cómo me sentía y cómo me había afectado la situación antes narrada. Para ello anexo a la presente denuncia la información que ha difundido en sus redes sociales y que actualmente afecta mi buen nombre, tranquilidad y derecho a vivir libre de violencias. Merezco respeto y como toda colombiana tengo derecho a que se proteja mi dignidad y buen nombre, para lo cual resulta necesario eviten ustedes se continúe agravando la situación y el daño que ya se me ha causado. 

En su perfil de facebook, donde me ha calumniado e injuriado se ha compartido seis (6) veces la publicación, no sólo en Colombia sino en más países donde yo me he desempeñado y me desempeño laboralmente.

A la fecha existen ciento cuarenta y tres (143) comentarios de personas ajenas a mí que me revictimizan, descalifican, insultan y pisotean mi dignidad. Como víctima tengo derecho a la verdad a que se haga justicia y a que la administración de justicia ejerza protección en estos tiempos de pandemia, en la cual se me ha dificultado acudir a la Fiscalía a interponer la denuncia. 

Personas ajenas a mí me han contactado en otras redes sociales como Instagram, bien para solicitarme información o asediarme a raíz de la publicación que ha hecho Russi en su Facebook. Esta publicación se ha prestado para que más personas ejerzan violencia simbólica, verbal o de injuria y calumnia sobre mi persona, nuevamente pisoteando mi dignidad y mi género.

Actualmente desde que Russi ha hecho la publicación en facebook calumniándome e injuriándome, no he podido desarrollar mis proyectos y emocionalmente me encuentro muy nerviosa, paralizada, asustada, esta persona miente y tiene acceso a muchos espacios laborales y educativos. También está asustando a otras mujeres con ese comunicado que sacó sobre mi caso para que no puedan ejercer libremente su derecho a denunciar.

Informo que a raíz de dichas publicaciones, calificaciones deshonrosas y de desprestigio sobre mí, actualmente estoy afrontando una grave crisis emocional que me ha obligado a pedir ayuda psicológica, la cual recibo por internet, debido a las condiciones actuales globales de la pandemia por Covid-19. Sus acciones me han provocado ataques de pánico y sobre todo depresión y bloqueo emocional, lo que no me ha permitido ejercer mis labores dentro de un festival de cine actual. En definitiva, esta represalia y publicación que ha hecho Russi en redes sociales me ha afectado no sólo a nivel psicológico, sino emocional, laboral y económico. 

Sexto.De otra parte, con el comunicado que publica Russi en redes sociales me está calumniando, ya que dice que me expulsaron de Chile, pero ello no es verdad, y por el contrario pone en entredicho mi conducta, mi inocencia y me relaciona con actos atentatorios de las normas de dicho país, además de publicar mi foto.

Séptimo.El señor Armando Russi Espitia se desempeña actualmente como Representante del sector Artístico/Creativo ante Consejo Nacional de Cine, su ubicación es en la ciudad de Bogotá, además es profesor universitario.  

Los hechos expuestos los pongo en conocimiento hasta ahora porque desconocía que esto podía configurar una violencia y transgresión a mi integridad y formación sexuales, a mi buen nombre y reputación. Cuando lo comenté a una de mis amigas me dijo que eso era normal en esa persona y en ese medio, dejé así, sin embargo, este año decidí contarlo públicamente como parte de mi concienciación y necesidad de no callar lo que me había ocurrido, ya que afectó mi vida y retumbaba en mi mente la idea de que mi consentimiento no era importante y sólo era un objeto. Además, considero es importante exigir el derecho a vivir libres de cualquier forma de violencia y discriminación, denunciar las violencias de género y propender a una sociedad respetuosa de los derechos humanos de las mujeres. 

Así que contar mi historia en un blog y en un espacio feminista fue parte de una acción para no callar y enseñar a otras mujeres que no es normal que nos violenten, que no es natural que los hombres dispongan de nuestro cuerpo y nuestra sexualidad a su antojo sin que valga nuestro consentimiento. Y de esta manera, reflejar que hay violencias que por miedo o por el hecho de estar naturalizadas se quedan ocultas y en el silencio de las mujeres, que además se nos reprocha con calificaciones y acusaciones de merecimiento y culpabilidad por estar en el lugar equivocado o andar con la gente equivocada, demostrando que no estamos seguras en ningún lugar. 

Una vez conté mi historia, dando a conocer cómo me sentía y por qué callé por varios años, me llegaron mensajes de ayuda y de la necesidad de ponerlo en conocimiento de las autoridades competentes para que se investigara el presunto hecho delictivo, ya que otras mujeres jóvenes manifestaron que les había ocurrido situaciones similares con la misma persona que me agredió. Aclaro que no lo hice, primero porque cuando lo conté me dijeron que era normal que ocurriera y que no iba a pasar nada, sumado a eso yo salí desde el año 2017 del país, estuve varios años en Uruguay, también estuve un tiempo en Bolivia, Perú y Ecuador, y regresé a Colombia en diciembre de 2019. 

Armando Russi Espitia obtuvo una foto mía, que presumo terceras personas se la otorgaron, desconozco de dónde y cómo la obtuvo. Foto que él usa sin mi consentimiento para realizar su denuncia en Facebook que comparte públicamente indicando que soy una mentirosa y lo estoy calumniando, que soy irresponsable, inescrupulosa, nociva y peligrosa. Además de revictimizarme con otras manifestaciones que aluden a mi vida privada y a mi intimidad, acusándome incluso de que me expulsaron del país en el que estuve, por lo que es necesario ustedes adopten medidas efectivas y urgentes en mi caso, ya que varios mensajes me han llegado insultándome, acusándome de falsedades y poniendo en entredicho mi situación, causando un enorme daño a mi salud mental, a mi vida laboral y patrimonial. El daño a mi buen nombre y reputación con la respectiva publicación que he mencionado está colgada en la siguiente dirección: https://www.facebook.com/armando.russi.7/posts/10157909285177570, (Se anexa la información a la presente denuncia). 

Informo a su despacho que la publicación de mi relato con la denuncia se hizo en un espacio feminista, en el cual se ha cambiado su lenguaje y cambiado las fotografías en pro de la investigación de las situaciones recurrentes, reiterativas con estudiantes, y otras mujeres que se desempeñan en el medio del cine, cultura, educación, ya que lo único que se quiere es  permitir a más mujeres que conozcan que no es normal que los hombres nos violenten de distintas formas en ningún ámbito, educativo, cotidiano o laboral.

Es necesario que investiguen estas acciones que estoy poniendo en su conocimiento, reciban la ampliación de mi denuncia en caso de requerirse y adopten acciones que impidan que se produzcan más daños a mi integridad emocional, a partir de las publicaciones que actualmente está haciendo Russi en la red social Facebook que afectan mi buena fe, mi reputación y mi buen nombre. 

En este orden de ideas, solicito de ustedes estricta aplicación de las disposiciones de la Ley 1257 de 2008 y disposiciones para atender la violencia de género, y se realice una investigación desde la perspectiva de género que garantice en este momento mi derecho a vivir libre de cualquier forma de violencia. 

Estoy dispuesta a presentar ampliación de esta denuncia, así como a ratificarme bajo juramento. 

Testimonio 3:

Fui estudiante de cine por unos años en los cuales recibí clase con Armando Russi, con el que hable un par de veces sobre todo de películas y un cortometraje que realicé, sin embargo siempre note comportamientos incómodos o confianzudos, pues todo el tiempo con su actitud hace sentir que uno es inferior o menos inteligente, esto es algo menor y normal muchos profesores lo hacen más en un ambiente machista. Lo que realmente me empezó a molestar en sí fue una vez que me lo encontré en una fiesta, yo estaba borracha y me senté en el piso, pero en la siguiente clase, se burló de mí y le dijo a mis compañeros de otros ciclos que yo me había desmayado. Así continuó en bastantes ocasiones incluso cuando nos encontrábamos en algún evento o en otro espacio de la ciudad, o comentando en fotos de mi nuevo y antiguo Facebook, el tema es que es una persona sumamente inapropiada, me llamó “Amaranta Hank” (actriz porno reconocida) en una foto, me ha preguntado en ocasiones si tengo novio y eso no sería un problema si yo le hubiera dado la confianza (que igual a mi parecer no es un comportamiento adecuado entre alumno y profesor) y la verdad es que no, él sólo hace las cosas incómodas para las personas disfrazándolo de normal, entre otras cosas tiene una usb mía y cuando se lo pedí me dijo que pasara a su casa a recogerlo obvio no fui y le dije que lo recogía en la escuela en una ocasión que él lo tenía no pude ir en otra el no lo tenía y hasta el sol de hoy no me lo ha regresado, ni contestado los mensajes respecto a la usb.

Yo creo lo que pasa, porque si bien este profesor nunca se ha pasado, sí he vivido sus actitudes, sus comentarios.Le creo a las personas que han hablado, porque este señor es muy centrado en sí mismo, replica y aprueba comportamientos machistas  es una persona que disfrazan sus errores detrás de su hoja de vida.

Además entre mi grupo de amigos siempre han existido los chiste y comentarios de lo paila e incomodo que es él, lo que me parece raro es que cuando pasa esto los hombres no hablan. Entiendo que muchos no hablen por su puesto de poder, en especial ahora, pero esto es un tema importante, porque sin esta conversación las cosas nunca mejorarán, es necesario hablar sobre límites o de relaciones de poder sobre todo en esta industria. Espero ser de utilidad y espero que todo esto mejore. 

Testimonio 4:

A mis 23 años fui estudiante de Armando Russi, fui su amiga y juntos compartimos muchos momentos. Fue alguien que siempre procuró que yo tuviera qué comer, que estuviera bien en una ciudad ajena a la de mi origen, donde me encontraba sola estudiando cine. A esa edad, tenía totalmente normalizadas las acciones violentas que alguien en situación de poder puede ejercer, por lo cual fui testigo en muchas ocasiones de la manera en que Armando Russi intentaba seducir a estudiantes mucho menores que él. Recuerdo su frase insignia “los hombres tenemos esta gran necesidad de poseer a las mujeres”, a la que recurría muchas veces escudando sus acciones en la obra de Truffaut. 

El cine es un campo que se presta para que hayan muchos eventos de socialización, por lo que era común compartir espacios de fiesta y trago con diferentes profesores y profesoras de la Escuela de Cine, muchos se comportaban de manera adecuada frente a sus estudiantes, pero otros no, como Russi. Recuerdo una vez en que después de una fiesta de la Escuela, fuimos a rematar al apartamento de una de las chicas, que incluso era menor que yo. Estuvimos en su apartamento donde seguimos tomando y bailando, de repente, Armando Russi encerró a una de las estudiantes en un baño. Yo había excusado muchas veces su comportamiento, hasta sentía que “lo cuidaba” para que no cometiera ninguna imprudencia, pero en ese momento sentí que cruzó la línea. Toqué insistentemente la puerta, casi la tumbo, no me separé allí hasta que salieron y le pregunté a la chica si estaba bien, si él había intentado hacerle algo. Ella dijo que sólo habían consumido perico, pero en realidad siempre me quedé con la duda de si había pasado algo más, no había forma de saber con certeza qué había ocurrido al interior de ese baño pues sé que en situaciones así no es fácil acusar a alguien sobre todo si sigue presente, y menos en ese contexto. 

Ahora que leo estos testimonios, algo en el fondo de mi cabeza me hace pensar que yo ya sabía la historia de la vez que Russi arrojó un trago a una mujer, no sé si él me la contó en un intento de hacerla pasar como una anécdota jocosa, o si lo supe de alguien más. 

El momento en que una se pone las gafas violetas y observa el mundo desde una perspectiva feminista, se le abren los ojos para evidenciar todas las violencias emocionales, físicas y sexuales que los hombres cometen en su cotidianidad, sobre todo estando en posiciones de poder. En ese momento se toma conciencia de la realidad de perder amigos, familiares y/o parejas en caso de saberlos acusados de alguna violencia de género. Yo reafirmo mi postura en este momento diciendo que, aunque conozco a Russi y tuvimos una buena relación de amistad, su conducta como docente es totalmente inapropiada, abusiva y nociva para las mujeres a su alrededor. A partir de las acciones de las que fui testigo, no me cabe la menor duda de que estas mujeres que lo denuncian dicen la verdad. 

FIRMAN: