Escarbando en el baúl de los recuerdos, me encontré con mi viejo chaleco de camarógrafo del, tal vez, el medio independiente más premiado en la historia de la televisión colombiana.
Con el viajé a los lugares más recónditos del país, conocí la guerra de primera mano, vi la muerte y el dolor, atrás de un lente, un testigo silencioso, con la tarea de contarle al país lo que pasó por mi retina, no sólo fue dolor, pues también conocí los lugares más hermosos, los sabores y olores de la basta geografía colombiana; tuve el privilegio de hacer el también premiado “primer plano” una sección donde se hacía seguimiento a un partido de fútbol del campeonato profesional, como lo dice su nombre siguiendo las jugadas en ese plano, hermoso y valioso aprendizaje.
Fueron seis años de escuela junto a los mejores camarógrafos, equipo técnico, de producción y periodístico que me hicieron lo que soy.
Ahora resulta que se acaba, que no va más,¿ y es acaso porque hasta en algún punto se volvían casi monótonos los quince minutos de denuncias de corrupción, cerrando con el magistral “que tal esto”?.
Es hermoso ver como un noticiero también puede hacer humor y pues con la tragicomedia de nuestra realidad, nuestro Macondo, material siempre había y habrá, tanto nos falta para lograr hacer un anhelado y aburrido noticiero como los de la DW donde lo más emocionante es la crónica de una familia de patos cruzando el Rin, tanta sangre sale de nuestros noticieros que alguna vez en un restaurante corrientazo a principios de la década del 2000 al ver y escuchar los titulares de un día sangriento promedio colombiano, uno de los comensales le comentaba a su compañero de mesa lo “bueno que iba a estar el noticiero”.
Somos una sociedad que sin saberlo se acostumbró al gore a lo macabro a la normalidad de la tragedia y próximos a la nueva intensificación de la guerra, es injusto que se cierren medios pues de ellos muchas familias derivan su sustento y estos medios son el contrapeso de un poder mafioso y corrupto como el que domina este gobierno.
Solo muy pocas personas celebran esta triste noticia y espero estemos a tiempo de frenar este “sicariato moral” al que se enfrenta noticias Uno, solo puedo decir que me siento orgulloso de haber pertenecido a esa familia, a ese grupo amable y divertido que fue mi segundo hogar.
A mis colegas camarógrafos, técnicos, periodistas y productores que siguen en la red independiente toda mi solidaridad, no dejaremos que ganen y nos quiten el medio mas decente que tiene este país, los quiero los respeto y los admiro desde que era un asistente de cámara, a ustedes gracias por elegir la independencia.
Autor M.M
