La conectividad rural: un juego para el MinTic

Por: Carolina Valbuena

El MinTic jugó con los derechos de los niños y niñas de las zonas rurales. Algo tan importante como llevar conectividad a los territorios más alejados y dispersos del país, para promover el acceso a una educación de calidad, terminó en manos de un consorcio sin experiencia y con varias investigaciones previas por corrupción. Un hecho que pone sobre la mesa la falta de seriedad, competencia y compromiso que tiene Karen Abudinen, como ministra del MinTic, con el desarrollo y avance equitativo del país.

Al parecer enriquecer los bolsillos de terceros es más importante que fortalecer la educación rural. Y es que no hay excusa, no hay explicación, no hay reparación que justifique la negligencia que tuvo el MinTic al otorgar la adjudicación de la licitación a la Unidad Temporal de Centros Poblados, un consorcio que desde el inicio presentó varias irregularidades. Desde diciembre del año pasado cuando se realizaba la audiencia de adjudicación del proyecto, que iba a llevar más de 15 mil centros digitales a las zonas rurales, se conoció que el abogado de este proponente era el mismo tiempo asesor del despacho de la ministra. Además, varias investigaciones mostraron que Centros Poblados no tenía ni la experiencia ni la capacidad administrativa y financiera, para cumplir con este proyecto. Escándalos de corrupción y experiencia en construcción de carreteras y edificios residenciales fueron algunas de las alertas que salieron a la luz. Sin embargo, el MinTic, prefirió taparse los ojos y no ver estas señales que advertían de la inoperancia de este consorcio.

A los 6 meses de ejecución esta olla untada de mermelada explotó, porque se conoció que la UT Centros Poblados no había instalado ni un solo punto digital a pesar de haber recibido un anticipo de 70.000 millones, cuando Claro Comcel la otra empresa que tenía la mitad del proyecto ya llevaba 700 puntos instalados. Ante la presión y polémicas al MinTic le tocó empezar un proceso sancionatorio que terminó de hundir a este consorcio, porque se dieron cuenta que habían presentado tres pólizas falsas y que el dinero ya estaba embolatado fuera del país. Por eso, todos los colombianos tenemos 70.000 millones de razones para pensar que, si no hubiera sido porque el periodismo le pone el ojo a este huracán, la conectividad rural iba a terminar inflando la billetera de varios barranquilleros.

El contrato ya está caducado y el ministerio contra la pared. Sin embargo, es muy poco probable que el dinero se recupere y que la ministra salga del ministerio, porque quiénes la cobijan no están dispuestos a soltar el poder y menos a puertas de iniciar las elecciones del 2022. Ahora la ministra Karen Abudinen nos recuerda que prometió cumplir las metas o el cementerio, pero hoy nosotros con gran indignación le decimos que quienes van a terminar en el cementerio son los derechos de los niños y niñas de las zonas rurales si ella sigue con sus jugaditas en el ministerio.