Resistencia en las calles y en el Cine : BlackPower en el Hollywood contemporáneo

Por: Paula Rodríguez / twitter: @thenarrathor

Desde hace unos días el tema de conversación en tendencia es: “#BlackLivesMatter” a raíz del asesinato de George Floyd en Minnesota. Asesinato que desató una ola de protestas y sacó a la luz pública el renacer del más puro racismo en Estados Unidos. Racismo que siempre ha existido en ese país, pero que en los últimos años se ha intensificado con el resurgimiento de grupos que promueven la supremacía blanca como el Ku Kux Klan y con un presidente como Donald Trump que abiertamente aviva el fuego con discursos de odio.

Si bien la segregación racial se considera una práctica anacrónica y el racismo un discurso inaceptable, la verdad es que está más que inmerso en nuestra cotidianidad: en la academia, en los medios de comunicación, en el arte, etc… y en esto la industria del cine estadounidense no se queda atrás.

Hollywood ha demostrado ser racista, sexista y xenófoba, tanto explícitamente en sus películas como al interior de sus estudios. Es por eso que es tan importante nombrar a estos directores, productores y guionistas que buscan llevar a la pantalla grande – y a la chica también – relatos distintos, que no estén cargados de estereotipos y de discriminación, que rompan el statu quo y que muestren cintas llenas de significado y representatividad para los históricamente oprimidos.

La gran pantalla, como toda manifestación de la cultura, es un terreno en disputa para los movimientos sociales afroamericanos, los cuales, han utilizado las pocas herramientas que han tenido en Hollywood para brindarnos cintas que cuentan esa otra historia invisibilizada por años. No solo hemos visto películas que retratan la esclavitud o las historias de Malcom X y Martin Luther King, sino también hemos visto cintas en las que las situaciones cotidianas de racismo son puestas crudamente en la pantalla grande. Ejemplos como Moonlight, Detroit, The Help (todas ambientadas en distintas épocas) muestran cómo el racismo ha superado la barrera del tiempo y se ha quedado firme en las convicciones de una gran parte de la población estadounidense.

Además no solo las historias llevadas a la pantalla son transgresoras por su semejanza con los hechos de la vida real, también lo son los directores y directoras afroamericanas que se han abierto camino en la industria y que han contado con gran reconocimiento a pesar de los miles de obstáculos que Hollywood les impone solo por su color de piel. Mujeres y hombres con un talento excepcional que han sido censurados de estudios y de productoras por ser afroamericanos.

Es increíble pensar que los besos entre una actriz caucásica y un actor afroamericano fueron vistos en pantalla apenas hasta 1967, con la película Guess who’s coming to dinner?; que Disney lanzó una película donde romantizaba la vida de unos esclavos, quienes vivían felices en una plantación de algodón (Song of the South); o que la primera actriz afroamericana en ganar un Oscar (Hattie McDaniel en 1939) no pudo sentarse con sus compañeros de reparto y le alistaron una mesa solo para ella al fondo del salón, lo más alejada posible del escenario. Y aunque estos hechos parecen lejanos, en los últimos años, los Premios de la Academia (los cuales premian lo mejor hecho en Hollywood) han sido rodeados por la polémica de no incluir en las categorías más importantes personas afroamericanas aunque su trabajo sea destacado, llevando a las personas en las redes sociales a hacer campañas como #OscarsSoWhite, denunciando el racismo disfrazado de rigurosidad por parte de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos. Bueno, la historia nos da la razón cuando queremos llamarle racista a la Academia al ver que la primera actriz afroamericana en ganar un Oscar por su papel principal fue Halle Berry en 2002, por su papel en Monster’s Ball y el primer guionista afro en ganar una estatuilla fue Jordan Peele por Get Out en el 2018. 

Directores como Spike Lee, John Singleton, Jordan Peele y la directora Ava DuVernay nos han traído cintas memorables que definitivamente han marcado un hito en la historia moderna del cine porque, algo a destacar, es que ellos (junto a otres) se han encargado de hacer ver que el cine afro no son solo cintas que apelan a los hechos ocurridos décadas atrás, sino que también son cintas con personajes sólidos que pueden llegar a contar historias autóctonas, de ficción, de terror y hasta de comedia. Un trabajo que también ha hecho que se derrumben estigmas frente a las películas con protagonistas afroamericanos.

A continuación les recomiendo 5 películas que, en mi criterio, hay que ver:

1.“She’s Gotta Have It” (1986)

Es el primer largometraje de Spike Lee, uno de los más famosos realizadores afroamericanos. Fue un film que marcó la parada en hacer ver como los miembros de la comunidad afro tenían conflictos como cualquier otra persona “blanca” (recordando que para esta época había un montón de prejuicios y estereotipos raciales alrededor de las personas afros). Trata sobre una chica que tiene una relación poco convencional con tres hombres. Es una película ingeniosa y llena de humor irónico.

2. “Boyz N The Hood” (1991)

Esta es la ópera prima del director John Singleton en la cual retrata la vida en un peligroso barrio de Los Ángeles, a través de la historia de tres amigos de infancia, condicionados por la violencia de su entorno, la brutalidad policial y la presión familiar.

Fue la película que lanzó al estrellato a Cuba Gooding Jr y destacó el talento como actor del rapero Ice Cube. Además, Singleton sería el primer director afroamericano en ser nominado a los Oscar y, al día de hoy, sigue siendo el más joven en recibir este premio (tenía 24 años).

3.“Get Out” (2017)

Con esta cinta, el actor y comediante Jordan Peele se estrenó como director, trayéndonos una película llena de suspenso y crítica social.

Cuenta la historia de Chris, quien mantiene una relación con Rose, una chica blanca de familia adinerada. Rose lo invita a conocer a sus padres a lo que él acepta. Al principio, Chris piensa que el comportamiento “demasiado” complaciente de los padres se debe a su nerviosismo por la relación interracial de su hija, pero a medida que pasan las horas, una serie de hechos cada vez más inquietantes le llevan a descubrir una verdad inimaginable.

Con esta película, Jordan Peele fue el primer afroamericano en ganar la categoría de “Mejor Guión Original” en los Oscars de 2018.

4. “Queen & Slim” (2020)

Presentada como una historia a lo Bonnie & Clyde, se trata de una película de carretera o road movie atravesada por el movimiento de la comunidad negra contra el racismo en los Estados Unidos.

En tiempos del movimiento #BlackLivesMatter esta película queda como anillo al dedo. Cuenta la historia de la primera cita de Queen y Slim, quienes, por ser afroamericanos son detenidos sin razón alguna por la policía. Tras un confrontamiento y en defensa propia, Slim asesina al policía que los detuvo. Este hecho desafortunado hace que ellos se den a la fuga.

Es la primera película de la directora Melina Matsoukas.

5. “BlacKkKlansman” (2018)

La historia de Ron Stallworth, quien en 1979 se convierte en el primer policía negro de Colorado Springs con el desagrado de sus superiores. Ron y su compañero Flip – quien es judío- afrontan una misión casi suicida: infiltrarse en el Ku Klux Klan local y desmantelarlo.

Basado en una historia real, esta cinta de Spike Lee, nos muestra un tema con el que Estados Unidos sigue familiarizado: el suprematismo blanco.

Fue ganadora de 7 premios entre los Oscars y BAFTA, y alabada por la critica en su estreno. Marco el retorno de Spike Lee a la escena cinematográfica.

Hay un montón de películas que se quedan fuera de esta lista y un montón de directores y directoras que no nombré pero que siguen dando la pelea por una industria del cine sin racismo, xenofobia, ni censura. La historia de un país racista merece ser contada por sus víctimas, esa es la consigna que atraviesa a todas estas realizadoras y realizadores, y está en nosotras y nosotros darle visibilidad a sus producciones.

Hasta una próxima ocasión, en el cine nos encontraremos.