El eclipse nacional

Por: Henry Córdoba- Equipo La Direkta

Palabras de Siddsy Uribe, hermana de Lucas Villa, ante el Senado de la República en la sesión de moción de censura al ministro de defensa, Diego Molano, 24 de mayo de 2021:

“Mi hermano fue asesinado dentro del marco de sus órdenes ministro, mis hermanos en Cali, Bogotá, Pereira, Popayán y toda Colombia están siendo asesinados, torturados, violados bajo sus órdenes. Es una actitud cobarde cuando se escudan en teorías conspirativas. Usted y el actual presidente prolongan la violencia en el país, el desprecio por la Minga, la violación de los Derechos Humanos, el racismo”.

A un mes de paro, ya todos lo saben. La gente sabe que estamos gobernados por asesinos o para decirlo sin acusarlos directamente, por sus cómplices. Ya se sabe que la policía asesina gente y que el discurso en el cual se escudan sus protectores, el de la defensa de la institucionalidad, de la democracia, de la fuerza pública y de los derechos humanos es una mentira, una farsa, un teatro.

Colombia entera sabe que a la gente la matan y no solo el país, el mundo entero lo sabe, que acá a la gente la matan por protestar, la matan porque la policía es asesina y que en Colombia la resistencia es contra un estado abiertamente fascista, abiertamente narcotraficante, abiertamente narcoparamilitar.

El contraste no puede ser más evidente. El joven Juan Fonseca perdió un ojo en las manifestaciones y expresó su dolor en el Senado. A pesar de esto, al congresista Juan Manuel Daza no le importó y al día siguiente salió con la chaqueta de la policía, aún cuando el porte de estas prendas es ilegal.

No se necesita gritar todo el tiempo para saber que este estado es fascista. Tampoco se necesita la entrada de la CIDH y demás Comisiones de Derechos Humanos, para que se enteren de que aquí sacan ojos, torturan y desaparecen, se cometen violencias sexuales y feminicidios, que masacran y que nadie se salva: defensores de derechos humanos y del medio ambiente, líderes sociales y comunales, indígenas, excombatientes, periodistas y ahora, en masa, jóvenes.

Sabemos en este momento que la fuerza pública son los mismos paramilitares, si es que no lo han sido siempre. La manzana podrida resultó siendo toda la institución. Tampoco es necesario que se les descubran más cargamentos: “una golondrina no hace verano ni un cargamento de coca tumba el Estado”. Llevan décadas haciéndolo y no parece que se detengan.

Incluso, no es necesario que salga en El Tiempo. La edición del 26 de mayo, por ejemplo, no tiene una sola alusión a la moción de censura, ni siquiera sobre las víctimas y la nota de los cuatrocientos kilos que pasaron por Guaymaral apenas es un cuadrito, pero eso sí, avisos gigantescos y pagados en contra de los bloqueos. ¿Acaso no se dan cuenta que en Colombia nos están bloqueando las vidas?

¿Qué hacen aviones con coca en bases militares? Entre más pequeña la nota, menos se darán cuenta….tampoco la implementación de los Acuerdos de paz…

Para quien gusta de la teoría, Colombia es fascista, en tanto, se puede entender como un estado que ejerce el poder como una política de la muerte. Hasta se podría hablar de “narcofascismo” o “narcoparafascismo” como una forma específica arraigada en suelo colombiano, en la que la ilegalidad, sea por medio de actores externos o por gente dentro del mismo Estado que lo coopta y usa para sus propios fines, se hace a un gobierno al mando de unos pocos. Se pueden usar otros nombres, necropolítica o capitalismo gore, pero lo cierto es que en este momento, hay una política de Estado enfocada en MATAR.

Un ejemplo muy claro fue mencionado en el Congreso: existe una doctrina contrainsurgente que encontró un enemigo interno, el cual son los jóvenes y más si son consumidores de drogas. El adoctrinamiento de la policía ha sido para perseguir y criminalizar a los jóvenes en los barrios de las ciudades, mientras que las élites corruptas se abrazan con los narcos en los clubes. El nuevo enemigo interno son los pobres.

Lo único que puede salvar a Colombia es un frente abierto contra el fascismo. Los que están del otro lado ya sabemos quiénes son: el uribismo, los jefes y políticos de los partidos tradicionales, la cúpula militar, la dirección de la policía nacional y los narcos. Del otro, el pueblo o la multitud, la Colombia de la bandera al revés, la del cuerpo colectivo, la de la potencia de los cuerpos.

Frente a esto, valdría mucho la pena como un ejercicio de comprensión del presente pero también de intervención de la realidad, una cartografía política así como genealogías de los movimientos que están presentes en el Paro. Pero por ahora me basta decir que hay un solo cuerpo, pero que este cuerpo colectivo está compuesto de diferencias, de muchas diferencias y aun cuando esto quiere decir “sujetos políticos”, lo que debe estar muy claro es que lo que une en este momento es estar en contra de ese fascismo y en favor de la vida, de una política de y para la vida.

Ante esta situación, la pregunta que tenemos que hacernos en este país y como país es:

¿Qué vamos a hacer para defender la vida? ¿Cómo nos vamos a proteger?¿Cómo cuidarnos entre nosotros mismos?

No son preguntas sencillas y tampoco es fácil actuar ante la incertidumbre, el asedio y el miedo. Yo no tengo mucha experiencia, pero esto es algo que diré luego de haber conocido excombatientes, víctimas de la desaparición forzada, indígenas en el Cauca, víctimas de la policía en la ciudad y desde luego, haber sido estudiante de sociología en la Universidad Nacional y haber leído historia y cientos de relatos sobre la guerra de mierda en Colombia, donde por décadas el mantra ha sido “entre el exilio y el monte, o la muerte”. En un país donde la realidad desborda las metáforas, lo que puedo afirmar a partir de las experiencias de quienes nos precedieron y sus prácticas de resistencia es:

LOS DERECHOS NO SE NEGOCIAN, LA VIDA TAMPOCO

EN MOMENTOS DE CRISIS, EL AMOR ES TRINCHERA PERO TAMBIÉN LA SOLIDARIDAD ES TRINCHERA, LA TRINCHERA ES SOLIDARIDAD

QUE EN MOMENTOS COMO ESTE, LO QUE TENEMOS QUE HACER ES ACERCARNOS LOS UNOS A LOS OTROS Y NO DESFALLECER.

QUE EN MOMENTOS DE CRISIS LO ÚNICO QUE VALE ES LA UNIÓN. QUE EN MOMENTOS DE CRISIS RESPONDER ANTE LAS DIFICULTADES Y LA MUERTE ES CUESTIÓN DE ORGANIZACIÓN.

LO QUE TENEMOS QUE HACER ES CONSTRUIR UNA GRAN CADENA DE AFECTOS YLA CADENA DE AFECTOS TIENE QUE DESEMBOCAR EN UNA CADENA DE EFECTOS.

La gran cadena de afectos en el Portal de la Resistencia en el sur de Bogotá.

Para finalizar, conversando entre amigas y amigos, pensaba qué tipo de situación podría ser una fotografía del momento actual del país, llegué a imaginar la historia de una persona que acostumbrada durante toda su vida a ver películas en el cinema de su barrio, en donde entretenía sus ojos en la oscuridad de la sala, porque el cine era soñar y vivir equivalía a soñar. Después de cientos y cientos de películas de Hollywood con final feliz que le encantaban, un día cualquiera quiso ir al cine y lo encontró cerrado, o quizás fue al cine y al terminar la película apagaron las luces y al salir a la calle, esta persona se percató de algo que siempre había pasado pero del que no era plenamente consciente y era que “la realidad y la vida eran la película misma”. Alguien lo abordó y le dijo: “hey, estamos haciendo una película, necesitamos un guionista, un camarógrafo, un montajista, un sonidista” . Ya lo decía un director: “las mejores películas comienzan a la salida del cine”. Yo pienso que estamos así, que después de ver la historia como en las películas durante toda la vida, es el momento en el que aún sin soluciones, ni métodos, ni nada, solo estamos nosotros, los protagonistas de la realidad.

Coda: En la noche del 26 de mayo de 2021, luego de una nueva jornada de movilizaciones en todo el país, dos personas fueron asesinadas, una en Jamundí y otra en Usme, en Bogotá, además de cientos de heridos en todo el país luego de defenderse de la Fuerza Pública. El gobierno responde a su crisis de legitimidad mediante el uso de la fuerza bruta.