Los parásitos de Colombia

Por: Monkey Gordon

Hace unos días cayó un cargamento con 400 kilogramos de cocaína en Providencia con destino a México.[1] Los registros muestran que el avión hizo esta ruta por lo menos 20 veces, es decir que, en lo corrido del 2021, y aprovechando la tragedia humanitaria por el paso del huracán, este único avión transportó al menos ocho toneladas de cocaína. De la captura resaltan dos cosas: primero que la avioneta pertenecía a la pareja de la reconocida actriz Alejandra Azcárate caracterizada por su fatuidad y el mal gusto de sus chistes denigrantes, quien parece promulgar la idea del narco-estado y la narco-élite que genera riqueza con el narcotráfico sin repartirla, y que simultáneamente se posiciona sobre los ciudadanos colombianos ordenándoles que “coman callados”. Segundo, que el avión despegó de la base militar de Guaymaral en Bogotá; aquí conviene recordar que el aeropuerto El Dorado cuenta con una bodega refrigerada para almacenar la cocaína, y que hay un pasaje subterráneo que conecta ambas pistas. A varios ha sorprendido la noticia, aunque ya se sabe que las avionetas cargadas con cocaína del Guaviare aterrizan en la base militar de San José para repostar antes de partir a Bogotá. La narco-elite colombiana utiliza las mismas rutas que los aviones comerciales, y aun utilizan grandes aerolíneas como Avianca para el transporte de la mercancía.

Para 2017 la producción mundial se estimaba en 2.000 toneladas al año, de acuerdo con los informes de incautacion, de las cuales el narco-estado produjo al menos 1.400 toneladas, y consolidó su vocación cocalera con la mayor área cultivada en América Latina, con el 70%[2] . Para lograr esta cantidad de cocaína se necesitarían 230.000 hectáreas cultivadas, asumiendo que se producían 6 kilogramos por cada hectárea de hoja de coca[3]; 350.000 hectáreas si cada una rinde 4 kilos; o 1.400.000 si tuviéramos los rendimientos de Pablo Escobar. Siguiendo con el ejemplo de la avioneta de la Azcárate, se requirieron al menos 1.300 hectáreas de cultivo de hoja de coca para esta operación. Un área equivalente a la localidad de Barrios Unidos en Bogotá, y cien veces menor a la cacareada erradicación del gobierno de Duque (130.000 hectáreas en 2020). Como vemos, la avioneta de Azcárate es la punta del iceberg de la narco-operación.

Por otra parte, deben observarse los rendimientos del narco-estado. Siguiendo con estas cifras de 2017, estas 1.400.000 kilogramos, cantidad de producción que se asume continúa hasta la actualidad, tienen valores diferentes a medida que nos alejamos de los límites nacionales. En Colombia cada kilogramo cuesta entre 3 y 4 millones de pesos (US$1 = $3.500, es decir, entre US$1.000 y US$1.200); en el mercado gringo el kilo cuesta entre US$6.000 y US$30.000 dependiendo del estado; en Alemania como referencia de Europa cuesta US$40.000[4]; en Tokio un gramo en la calle cuesta US$400 y en Pekín cuesta US$500 (estrambóticos US$400.000 y US$500.000 por kilo!!!). Las ventajas de la narco-operación son un éxito a escala global. Si suponemos que se venden los 1.400.000 kilos en cada región, tendríamos un espectro de ganancias anuales así:

En Colombia: US$1.400.000.000 – US$1.680.000.000

En EE.UU.: US$8.400.000.000 – US$42.000.000.000

En Europa: US$56.000.000.000

En Lejano Oriente: US$560.000.000.000 – US$700.000.000.000

El gobierno colombiano estimó el PIB de 2020 en un poco más de mil billones de pesos (aproximadamente US$285.000.000.000), mientras que las ganancias de la cocaína, si mantenemos el precio europeo como base, sería de casi 200 billones, es decir, equivale a la quinta parte del PIB nacional, aproximándose al PIB de Lituania, Costa de Marfil o Costa Rica[5]. El narcotráfico del narco-estado mueve tanto dinero en un año como el PIB de un país pequeño, pero este dinero nunca entra en las cuentas de la nación.

En este punto observamos con claridad el dilema de la legalización. El comercio ilegal favorece el narcotráfico en varios sentidos. Primero, lo coloca totalmente en el mundo del libre mercado, fuera de las ataduras del control de precios que ejercen los gobiernos, como es claro en los precios por región. Por estar fuera de los libros de cuentas, quienes se involucran en el narcotráfico no pagan impuestos, es decir, no contribuye con su riqueza a la nación; únicamente reparten coimas y sobornos entre los más cercanos, como una mafia. Por esto mismo, la riqueza generada se concentra en poquísimas manos; la riqueza de la narco-operación, equivalente a la de un pequeño país de algunos millones de habitantes, se concentra aquí en las manos de menos de cien familias mafiosas, menos de mil personas, cuyo afán es lavar estas enormes ganancias. Cada vez se observa con mayor claridad la consolidación de una narco-élite parasitaria en la cima política, militar, financiera y mediática, que configura una aparente simbiosis entre dos países, uno legal y otro ilegal, donde los narco-parásitos han privilegiado durante tres décadas el crecimiento del narco-estado en detrimento de Colombia.


[1] https://www.las2orillas.co/el-narcolio-en-el-que-estaria-metido-el-esposo-de-alejandra-azcarate/

[2] https://www.larepublica.co/economia/colombia-el-mayor-productor-de-drogas-de-acuerdo-con-un-informe-de-la-onu-2878057

[3] Entrevista Alejandro Eder a la W https://sdmedia.wradio.com.co/wradiocol/2021/5/10/4133528.mp3

[4] https://www.dw.com/es/de-cómo-y-por-qué-europa-es-ahora-el-mayor-mercado-de-coca%C3%ADna-en-el-mundo/a-56761024

[5] https://datosmacro.expansion.com/pib