¿Martuchis, no piensas en los niños que explotan tus amiguis?

Por: Manuel Saturio Valencia

Insulso. Insulso, es el sabor que produce el cinismo y descaro de Marta Lucía Ramírez. Ella, toda una dama de la alta sociedad bogotana, que enarbola el estandarte de los principios y las buenas costumbres de la tradición cultural conservadora colombiana, y quien ha demostrado en la opinión pública la falsa moral que distingue a todo su combo de amigos.

En estos días varias noticias han puesto la mirada sobre Martha Lucía, y no es para menos, pues su círculo personal ha sostenido relaciones y vínculos con la mafia; y con políticos con problemas de pedofilia; y es que, ante todos estos sucesos, Martuchis ha salido a defender y justificar a todos sus “amiguis”. ¿Por qué lo hace? Porque la élite se han acostumbrado a delinquir y por medio de artimañas ocultan y argumentan sus acciones, que por lo general, quedan impunes ante la justicia. Martuchis se ha convertido en la escudera de políticos y empresarios criminales del país, con dotes de legitimidad moral, la cual poco a poco se va desmoronando.

“Gracias a tantos niños que se acercan a saludar y a decirme “Marta Lucia dale saludes a Duque y muchas gracias por lo que están haciendo en el gobierno”. Escribió la propia Marta Lucía en su Twitter en Abril de 2019. Fuente: https://twitter.com/mluciaramirez/status/1120083571153276928

¿Alguien quiere pensar en los niños?

Con esta frase Marta Lucía exponía sus ideas en la campaña presidencial de 2018, en contra de los acuerdos de paz, manifestando su total odio en contra de la insurgencia colombiana y del reclutamiento de menores. Esta fue la consigna populista con la cual se fortaleció su grupo político y le posibilitó una alianza con el Centro Democrático.

Es significativo traerlo a colación en estos días, en donde las cámaras vuelven la atención hacia la aprobación de la cadena perpetua para violadores de menores de edad, situación ante la cual ella está de acuerdo, sin duda. Y es que, semanas atrás, por las redes se filtró la lista de una red internacional de pedófilos y en la cual se encontraba Andrés Pastrana, amigo íntimo de Martuchis. Pocos recuerdan que él mismo la premió con una embajada en Francia en 1997, meses antes de ser la ministra de defensa de Uribe, la misma de la nefasta Operación Orión.

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¿Alguien quiere pensar en los niños? bien pudo ser uno de los lemas de campaña de la actual vice en 2018. Tan irónico como se mostró en Los Simpsons.

Volviendo a la situación actual de Pastrana,  la lista de vuelos de avión del fallecido Jeffrey Epstein, el “Lolita Express”, como lo bautizaron los medios norteamericanos, quien hacía constantes vuelos a la pequeña isla de Saint James en el Caribe, en la cual había una red de tráfico sexual de menores de edad. Aquella fue publicada en la Internet por el grupo de hackers Anonymous. En ella se encuentran dos colombianos, juntos de la alta casta criolla, Julio Mario Santo Domingo y el ya mencionado expresidente.

Pero, ¡claro!, para la élite criolla siempre hay alguna excusa para justificar sus actos y desviar la atención. En este caso, el expresidente, por medio de un comunicado público, argüía que hacía parte de una escala que lo llevaría finalmente a Cuba, donde se encontraría con Fidel Castro; encuentro del cual no existe registro, ni fotografías, ni reportes de entradas o salidas de la isla.

El nombre de Andrés Pastrana en la lista de “Lolita Express” del pedófilo Jeffrey Epstein, revelada por Anonymous. Fuente: Fundación Pares, 1ro de Junio de 2020. https://pares.com.co/2020/06/01/las-respuestas-que-debe-pastrana-sobre-la-isla-de-epstein/

Por otro lado, el 29 de agosto del año 2019 en un bombardeo de las fuerzas aéreas a un campamento de las disidencias en zona rural del Caquetá, murieron más de 18 niños y niñas, en una operación que en medios de comunicación fue presentada como una excelente tarea. Sin embargo, meses después se conoció que, en este hecho, hubo omisión por parte del Ministro de Defensa y de los mandos militares al conocer a cabalidad qué personas se encontraban en ese campamento.

El entonces Ministro de Defensa, Guillermo Botero, aseguró que tal información era falsa, luego de ser citado a una moción de censura en el Senado, por no haber acatado las medidas y protocolos del Derecho Internacional Humanitario en materia de población protegida, especialmente si se trata de menores de edad. Hecho por el cual renunciaría a su cargo sin ninguna responsabilidad penal, ni siquiera una investigación.

A su defensa salió Martha Lucía, quien defendió la acción de los militares y planteó que “es imposible saber si hay menores de edad en el marco de una operación”, lo cual se comprobó es falso, por medio de los informes de inteligencia del mismo ejército. Sus afirmaciones, intencionalmente, buscaban justificar las acciones de sus compinches, ¡todos ellos buenos muchachos y que si acaso cometen errores mínimos!

Mientras tanto, durante los meses de noviembre y diciembre del año pasado, la guerrilla del ELN denunció el reclutamiento de niños y niñas por parte del ejército para tareas de inteligencia y operaciones militares encubiertas en contra de esa organización. Esto, aunque pasó desapercibido en los medios de comunicación, muestra el carácter y la intención del gobierno colombiano de pisotear los acuerdos internacionales y de violentar los derechos de los niños pobres del país.

Estrategia que el ejército ha implementado desde hace más de 20 años en los territorios de influencia insurgente, por medio de las famosas operaciones cívico-militares, que buscan seleccionar, reclutar, entrenar y enviar a la guerra a los niños y niñas con pocos vínculos familiares, pertenecientes a las clases sociales explotadas y desposeídas.

¿Qué pensarán las familias de los menores que han sido víctimas de Martuchis y sus amigos? Deben sentirse impotentes al ver cómo, quien enarbolaba las banderas de la protección de los menores de edad, es la encubridora de pedófilos, asesinos y reclutadores de niños. Porque una y otra vez, los culpables son los de ruana, el peso de la ley es para quienes no tienen recursos; mientras quienes ostentan el poder político y militar destruyen el tejido social y la dignidad de miles de niños con sus aberraciones y en la guerra.

Las tragedias familiares que viven los “amiguis

Mantener el poder es costoso, más en un país en el cual la insurgencia se hace de presente para disputar el control político y económico (en los territorios y entre la población), mientras la élite criolla ha preferido hacer una alianza con la mafia, o mejor, se ha configurado en mafia. Por ello, es muy común encontrar en los territorios a ganaderos/narcotraficantes, políticos/corruptos, militares/ mercenarios, empresarios/ bandidos, etc.

Martha Lucía no se ha quedado atrás en ese afán de preservar su buen apellido y el acceso a los clubes de las mejores familias. El 10 de abril del presente año, el portal InSight Crime publicó un artículo en el cual se develan las relaciones entre Álvaro Rincón, esposo de Martha Lucía y el narcotraficante Guillermo Acevedo Giraldo (“Meme Fantasma”), con quien tenía negocios en la empresa Hitos Urbanos, que finalmente obtuvo dineros ilegales para la construcción de un ambicioso proyecto en un exclusivo sector de Bogotá.

No siendo la única circunstancia, ¡Martuchis tuvo una tragedia familiar que fue ocultada por 20 años!, su hermano Bernardo Ramírez Blanco, tuvo que pagar en Norteamérica una condena por Narcotráfico, en plena lucha contra el narcotráfico, de la cual salió tras pagar una fianza de 150 mil dólares en 1997. Ella, tan dispuesta a colaborar con los EEUU, ¿resultó siendo familiar de un delincuente transnacional?

Y es que, “es muy difícil tener un familiar en la cárcel, por supuesto cuando se trata de las familias de bien, ellos tan acostumbrados están al buen nombre, no pueden permitir que sean ensuciados por los errores cometidos. Mientras tanto, que se pudran en la cárcel las mulas de familias humildes, criminales injustificables, barbaros de la miseria, que a esa gentuza les caiga todo el peso de la ley” imagino que pensará Martuchis.

Una de las “caras de la tragedia familiar”. Foto tomada de “Top Secret: Momentos memorables de la vicepresidenta cuando enfrentaba, en silencio, la condena de su hermano Noticias Uno”, 15 de junio de 2020: https://youtu.be/bVS5PBG2C4U

Su honroso círculo social no termina allí, durante su labor en el Ministerio de Defensa, en el año 2002, designó como asesor externo al despacho de la señora ministra al señor José Miguel Narváez, quien posteriormente, en 2005, fue designado como subdirector del extinto DAS al mando de Jorge Noguera. Personaje siniestro que, por medio de su papel de agente de inteligencia, copó espacios del Estado en función a los intereses de los grupos paramilitares.

Resulta curioso que, quien le hablaba al oído durante su paso por el ministerio, haya sido condenado por el asesinato de Jaime Garzón en 1999. Pues Narváez se convirtió en la ficha clave de los jefes paramilitares para adoctrinar y justificar el asesinato de líderes políticos y de oposición, por medio de la cátedra llamada “Por qué es lícito matar comunistas”.

Para rematar, salió a la luz pública una posible relación entre el jefe paramilitar Salvatore Mancuso y la Martuchis, enunciada en la serie virtual ‘Matarife’, relación que se forjó tras los muros del Club El Nogal, del cual ella es socia. Y es que, al parecer, este lugar fue refugio del jefe paramilitar, mientras ajustaba todo lo relacionado con el proceso de desmovilización de las AUC y aún era un fugitivo.

Qué tragedia la de la doble moral de las élites…

El que con mierda se junta…

Con tantas coincidencias juntas, porque son coincidencias, solo me queda por reflexionar ¿por qué Martuchis sigue siendo amiguis de esta gente? ¿Será que le pasa igual que a Uribe y no se da cuenta de lo que sucede a su alrededor? Yo creo que no, que todos ellos se tapan con la misma cobija.

Martuchis es la representación de cómo la casta política colombiana se mueve entre el falso manto de la legalidad y sus alianzas oscuras con la mafia, el narcotráfico. Así, sus ideas políticas, sus partidos y sus iniciativas tienen intenciones oscuras para mantener su dominio en el poder.

La élite colombiana ha aprendido las enseñanzas de Maquiavelo y, no solo eso, ha usado y perpetuado los mismos métodos violentos con los que los príncipes se apoderaban y defendían su poder: asesinatos selectivos, alianzas criminales, tierra arrasada, violencia sistemática contra los diferentes, odio de clase, etc.

La doble moral, es la costumbre máxima de nuestra decadente clase política, no basta anunciarlo, también se comprueba en el cinismo y repelencia de sus actos criminales, de sus malas prácticas políticas y la pésima organización estatal y social. Solo espero que este mal no dure mil años porque no hay tierra para tantos sepulcros. ¿Alguien quiere pensar en los niños?