Pensiones son inversiones

Por: Monkey Gordon

Cada mes los fondos privados de pensiones sustraen de los salarios y ordenes de servicio de los colombianos una parte sustancial, más del 6% de estos ingresos durante 300 meses. Se cree generalmente que la pensión ya se “ahorró”, como quien la mete debajo del colchón un peso cada día, pero en el fondo de pensiones; otros creen que la plata de las pensiones la paga el estado, el famoso pasivo pensional. Pero en verdad funciona como una pirámide financiera, donde los cotizantes actuales pagan “directamente” a los pensionados. Ese mordisco mensual en el contrato del trabajador independiente para cotizar sus semanas de trabajo, no son monedas que hecha debajo de un colchón.

Las grandes ganancias no informadas a los usuarios se quedan en el banco para seguir invirtiendo. Millones de dólares que salen de los bolsillos de los colombianos se arriesgan en el exterior sin que lo sepamos. Las enormes utilidades quedan en manos de los banqueros y en caso de colapso pagaría el pensionado.

En Colombia hay aproximadamente 2’000.000 de pensionados[1] , y 17’000.000 de cotizantes, es decir entre 8 veces más personas jóvenes, con promedio de edad de 35 años, trabajando para mantener a los ancianos mayores de 70 [2] Si bien hasta aquí se comprende la “justicia social”, el sistema en su concepción y aplicación es perverso. En su concepción hace creer a las personas, en un país con una esperanza de vida de 75 años para los hombres, que se van a disfrutar inmensos años de dicha y holgura. Venden el momento de la pensión, esos miserables 5 años de vida terminal, como el paraíso del trabajador, como la tierra prometida de los comprometidos con la institución, el más allá del capitalismo. Y estos ancianos holgazanean viendo televisión, bebiendo cerveza y apostando al chance. Pero no lo hacen con sus ahorros, que ellos creen se ha venido guardando en un colchón, que es el fondo de pensiones, sino con el aporte de los jóvenes emprendedores. En su aplicación es aun más perverso, pues ese dinero que los jóvenes aportan no va a parar debajo de un colchón gigante, como parece que todos creen.

Inicialmente por que el aportante cotiza durante 30 años un dinero que no estará quieto, esperando a la edad de pensionarse para entregarlo, además, únicamente por los últimos 5 años de vida de la persona. Al contrario, este dinero no se queda quieto a la espera que el pensionado llegue a su paraíso capitalista para cobrarlo. Ese inmenso manantial de dinero va moverse inmediatamente para producir más dinero, jugando en la bolsa de valores de Nueva York y financiando inversiones riesgosas en Colombia, Brasil o Miami. Eventualmente, de estas enormes utilidades de los fondos de pensiones, las cuales no se informan a los pensionados ni a los cotizantes, se devuelve al pensionado una fracción de su último salario, que el pensionado ve como un paso más al cielo, por que le da otra oportunidad de jugar el chance. Las grandes ganancias no informadas a los usuarios se quedan en el banco para seguir invirtiendo. Millones de dólares que salen de los bolsillos de los colombianos se arriesgan en el exterior sin que lo sepamos. Las enormes utilidades quedan en manos de los banqueros y en caso de colapso pagaría el pensionado.

En este momento los candidatos presidenciales presentan dos alternativas, continuar cebando a los bancos con el salario de los jóvenes, quienes difícilmente vivirán ese futuro prometedor de cerveza y chance, o que ese dinero sea administrado nuevamente por el Estado.

En este momento los candidatos presidenciales presentan dos alternativas, continuar cebando a los bancos con el salario de los jóvenes, quienes difícilmente vivirán ese futuro prometedor de cerveza y chance, o que ese dinero sea administrado nuevamente por el Estado. Los contradictores de regresar al modelo estatal de manejo de pensiones afirman que eso ya pasó, que esa experiencia ya se vivió y falló, y por eso estamos como estamos, y así se debe quedar, por que no hay otra alternativa. Sin embargo, el sistema de pensiones no falló, lo quebraron, como la educación y el ferrocarril. La élite banquera decidió que era hora de abrazar a Milton Friedman y avanzar en la privatización de lo público. Comenzó con la campaña de propaganda negra contra el fondo publico de pensiones, luego metiendo males administradores, y usando, como los banqueros hoy, el “ahorro” de los cotizantes como caja menor para sus dispensas personales. Finalmente quebró, y en medio del pánico de jóvenes y viejos entraron los salvadores, congresistas y banqueros neoliberales, ofreciendo soluciones privadas.

En la actualidad el sistema de pensiones en Colombia no tiene sentido por las dinámicas actuales del empleo. La mitad de la población que podría emplearse se encuentra desocupada. En cifras contamos en Colombia en 2022 con 14’500.000 personas económicamente inactivas, o desempleadas[3] y con 5’000.000 de personas que trabajan de manera informal[4], un ejército de hambre que obviamente no cotiza en ningún fondo de pensiones. Los asalariados formales suman 18’000.000 de personas, menos de la mitad de la masa trabajadora del país; la gran mayoría se encuentra contratado por prestación de servicios, pagados con cuentas de cobro cada tres meses, con trabajos que no alcanzan a cubrir cincuenta semanas anuales[5] Y una mínima parte, tan solo 1’300.000 personas, muy preocupada por las pensiones, conformada por funcionarios públicos, quienes tienen salarios fijos y son inamovibles, hagan bien o mal su trabajo [6].

Entre estos se incluyen los senadores y presidentes, quienes disfrutan de pensiones elevadísimas por miserables meses de trabajo. Así, en la cúspide de la holgura salarial, senadores, magistrados, ministros y presidentes, se encuentran quienes les preocupa una reforma pensional, pues con poquísimos días de trabajo ganan pensiones exorbitantes en un país de la miseria. Abajo los funcionarios públicos de carrera, fáciles de insuflar con ideas de peligro y riesgo, de que se van a caer de sus sillas, que van a perder sus escritorios. Luego, los jóvenes egresados de universidad y empleados independientes, que firman ODS por todas partes, con varios contratos al mismo tiempo para pagarse su apartamento y la rumba en Chapinero. Luego la enorme masa de empleados rasos de los grandes conglomerados empresariales, con baja calificación y mal pagados. Debajo de todos los informales, quienes no cotizan, por que vender empanadas o hacer domicilios sólo da para cubrir la comida y el plan de datos del celular. Así, para esta enorme masa la pensión parece más un mordisco innecesario en el salario dada la enorme incertidumbre hacia el futuro ¿si no hay ingresos fijos, como acceder a ese paraíso de los pensionados? Mejor no aportar a las pensiones y tomar cerveza y jugar al chance ya mismo con ese dinero. 

Un candidato propone arrebatar ese manantial de dinero que sale de los cotizantes, calculado en 21’600.000’000.000 para los diez primeros meses de 2021[7], para no seguir cebando el marrano banquero, sino para distribuir mejor esas riquezas entre todos los colombianos. Por que ahora se paga obligadamente a un privado un impuesto, una aberración de cualquier sistema jurídico. En este momento en Colombia varios impuestos son manejados por banqueros; y entre ellos la pensión, que funciona de manera impositiva para cualquier asalariado. Para volver al derecho, el candidato progresista propone que ese dinero deje de estar en manos privadas, cosa que en pocas décadas se normalizó y naturalizó, para que, de nuevo, esté en manos del Estado. Desafortunadamente, el candidato progresista supone que esta estrategia no la maneja el mismo estado corrupto de funcionarios públicos que no se preocupa por hacer bien su trabajo, sino de estar a disposición del partido de gobierno para no perder sus empleos, como abundan desde la década de los ochenta. Se comprende el terror de los otros candidatos por que saben que el sector publico en Colombia está devastado internamente por el narcotráfico; y se comprende la gran labor que tiene el candidato progresista para purgar las instituciones corruptas. Por que sí tienen razón los detractores con sus temores, cuando se presupone un salto del cuidado del dinero por parte de los narco-banqueros al cuidado por parte del voraz y corrupto narco-estado.


[1] ¿Cuántos pensionados hay en Colombia? https://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/cuantos-pensionados-hay-en-colombia/20200422/nota/4032670.aspx

[2] Los fondos de pensiones superaron los 17,1 millones de afiliados al cierre de 2020 https://www.larepublica.co/finanzas/los-fondos-de-pensiones-superaron-171-millones-de-afiliados-en-2020-3119081

[3] El 2022 arrancó con 1,58 millones de empleados más https://www.eltiempo.com/economia/sectores/desempleo-en-colombia-tasa-de-desempleo-en-enero-del-2022-segun-dane-654901

[4] Más de 5,6 millones de colombianos trabajan de forma informal, según el Dane https://www.larepublica.co/economia/mas-de-56-millones-de-colombianos-trabajan-en-el-mercado-informal-segun-el-dane-3272493)

[5]  Ganancias de fondos de pensiones llegaron a $21,6 billones a octubre https://forbes.co/2021/11/24/economia-y-finanzas/ganancias-de-fondos-de-pensiones-llegaron-a-216-billones-a-octubre/

[6] ¿Cuántos servidores públicos hay en Colombia? https://www.semana.com/nacion/articulo/cuantos-servidores-publicos-hay-en-colombia/202209/).

[7] Ganancias de fondos de pensiones llegaron a $21,6 billones a octubre https://forbes.co/2021/11/24/economia-y-finanzas/ganancias-de-fondos-de-pensiones-llegaron-a-216-billones-a-octubre/