Los homofóbicos años dorados de Hollywood

La discriminación en Hollywood es una clara muestra de los prejuicios de nuestra sociedad. La industria del cine estadounidense se ha caracterizado por ser racista, misógina y homofóbica. A pesar de que en los últimos años haya habido una apertura a hablar de temas que antes estaban vetados, Hollywood sigue siendo una industria conservadora.

Estamos en junio mes del orgullo LGBTIQdonde La Academia y grandes estudios recomiendan películas “de temática gay” con ánimos de mostrar que tan abiertos y dispuestos han estado a producir y promocionar estas películas, olvidándose de que años atrás estaban ensañados en perseguir y censurar a actores y actrices que no fueran heterosexuales o sobre quienes hubiera sospecha de su sexualidad.

Desde el nacimiento de Hollywood como gran industria, las grandes productoras y guionistas retrataban a los hombres homosexuales como personas débiles, afeminadas, depravadas y hasta mentalmente enfermas. A las mujeres lesbianas se les caricaturizaba con actitudes masculinas, se les mostraba como personas frías, manipuladoras y distantes.

Luego llegó el Código Hays, código de producción cinematográfico creado en 1929 que determinaba qué se podía ver en pantalla y qué no, tomando en cuenta los lineamientos morales de la época. Nació por los constantes escándalos que había en la industria en la época de los 20’s y trazó un camino lleno de vigilancia en Hollywood, donde cualquier película que incluyera contenido blasfemo, violento, “homosexual” o con sexo “explicito”, era censurado de inmediato. Este manual de conducta estuvo vigente de 1934 a 1967.

Debido a esto las estrellas debían ser “ejemplo” dentro y fuera de la pantalla, ya que la prensa vigilaba de cerca su vida cotidiana. Los estudios, tomando de excusa el Código Hays, empezaron a incluir en sus contratos una cláusula donde se les obligaba a seguir una vida acorde a la moralidad impuesta, evitar ser captados en situaciones indecentes y, también, a especificar que no eran homosexuales. Esto llevó a que los actores y actrices ocultaran su atracción a personas del mismo sexo, y quienes se atrevieron a revelar su sexualidad, debían asumir que su carrera se viera finalizada de facto.

A raíz de esto nació un misticismo y un morbo alrededor de la homosexualidad. Las revistas de chismes se dedicaban a cazar a los amantes furtivos de las y los grandes actores y actrices para tener historias primicia sobre sus amoríos. Se crearon clubes clandestinos como el Club de Costura dónde las mujeres lesbianas se reunían; por su parte, los hombres homosexuales usaban como lugar de concentración los clubes de marines.

Cuando los rumores empezaban a rondar a estos actores y actrices, se forzaban matrimonios para acallar a la prensa. Uno de los matrimonios más conocidos fue el de Rock Hudson y su secretaria, Phyllis Gates, el cual fue el arreglado por Henry Willson famoso agente de estrellas. También el actor Cary Grant contrajo matrimonio con Virginia Cherrill luego de que se hiciera público su relación con Randolph Scott.

 

Las consecuencias emocionales para estos actores y actrices fueron desastrosas, muchos debido a la presión por ocultar su sexualidad, cayeron en las drogas o en el alcohol. Además, la falta de trabajo en el momento que salía a la luz sus preferencias hizo que cayeran en la ruina económica. La falta de información sobre el tema causó un contagio de VIH entre actores que los llevó a la muerte muy temprano.

El Hollywood de hoy no se distingue por ser una industria particularmente vanguardista al momento de poner en la pantalla grande temas de gran importancia nacional o mundial. Es más, si lo hacen es motivado por un interés meramente económico. Los temas que son tendencia en el debate nacional son las historias que son propensas a tener buena taquilla. Esto, indiscutiblemente, ha hecho que se le abran las puertas a muchos actores y actrices de la comunidad LGBTIQ, quienes tienen la posibilidad de asumir quienes son fuera de cámara sin temor a represalias laborales.

“Hasta una próxima ocasión, en el cine nos encontraremos.”

Por: Paula Rodriguez

twitter: @thenarrathor